viernes, 25 de junio de 2010

Nunca más quiero verlo así

Hace 20 años, el destino quizo que terminase en una cancha auxiliar de Ferro, contando los pasos para saber cuantos minutos faltaban para que desde otro estadio le guiñaran el ojo, o lo sumergieran en la bronca contenida.

Hoy, luego de dos decadas de aquel "Newell's Carajo", de las atajadas de Filiol, de su primer campeonato como director técnico, las vueltas de la vida, y los caprichos del fútbol lo situaron en un contexto similar.

Creo que por primera vez en mi vida, me dio miedo el hecho de querer saber que pensaba mientras transcurria el partido y su Chile pagaba caro errores groseros pasando a depender de otros resultados inmerecidamente. Y digo inmerecidamente porque resulta inexplicable como un equipo casi se queda en la primer ronda de un mundial, aun habiendo ganado sus 2 primeros partidos.

Y sufrí, tengo que admitirlo, y no me importa hacerlo. Porque mantengo mi distancia con el país trasandino, pero siempre quiero verlo bien. Pleno. Y sufrí como ante Suiza, pegandole piñas a la pared luego de cada chance de gol desperdiciada, pero esta vez esa angustia fue mayor, y volvieron viejos fantasmas inmerecidos que, espero, alguna vez logre desterrar de su cabeza, aunque afirme que "esa herida no cicatriza".

Y viendo el primer tiempo en un bar del centro de Rosario, me dio lastima ver gente de otra divisional alegrarse cuando caian los goles de España. Porque fue la misma gente que en el 2002 se alegró por lo sucedido. Porque fue la misma gente que no soportó que un país entero cante nuestro "que de la mano del Loco Bielsa, todos la vuelta vamos a dar". Y seguramente este domingo querrán que Messi siga sin hacer goles, o mufando a la Fiera Rodriguez. Me pregunto si habran gritado el gol de Heinze. Pero no quiero irme por las ramas.

Ahi, en ese momento, me di cuenta de lo injusto que este deporte, porque se han ganado con todos los sistemas, y hasta trabajando mal ha habido equipos que salieron campeón. Pero esto iba mas allá, y no voy a hablar de los valores, ni de lo que representa como persona, sino que me voy a limitar a lo estrictamente futbolistico tratando de reflotar una palabra de la que nadie se acuerda: PROPUESTA. Si algo no puede criticarsele a este Chile (como a todos los equipos que dirigió) es su propuesta de juego, su estilo de ir al frente, de protagonizar el partido conjugando esa terrible dinamica y voracidad ofensiva que ya conocemos. Y que tanto disfrutamos durante la decada del 90'.

Y me daba bronca pensar en ese momento que cualquier centro a la olla mal marcado por un defensor Hondureño y aprovechado por un mezquino jugador Suizo, podría haber tirado por la borda todo un trabajo de 3 años. No para mi. Pero si para el berreta hincha medio de este país, el resultadista cómodo que juzga viendo un compacto de goles de un partido porque no tiene la capacidad, ni las ganas de verlo entero y sacar una conclusion distinta o mas profunda de aquella que le vomita el periodista panqueque de turno que merodea el poder.

Y viéndolo sufrir ante cada desaguisado defensivo de jugadores que enfrentaron a una fuerza superior, como lo es España, pero que quizas no tengan la jerarquía para poder afrontar realmente este tipo de desafios, me pregunté por enésima vez, lo mismo que me pregunté en los últimos 3 años: "¿Que carajo hace el Loco Bielsa en Chile?".

Y creo que miles de leprosos nos preguntamos lo mismo. Le damos fuerzas, aliento incondicional, pero soñamos con su regreso. No se si como Técnico, quizas desde otro lado. Desde un lugar donde pueda explayar a gusto su filosofia futbolera sin tener que estar atado al resultado del fin de semana proximo.

Porque en el entretiempo un amigo lepra me llamó para descargar su bronca contra Vidal, contra Bravo, y confesandome que "hasta tenia ganas de llorar". Y porque tengo que confesarle Marcelo, que lo que sentí yo, lo sentimos todos, su nerviosismo, su sufrimiento también fue nuestro.

En Newell's siempre lo esperamos. No solo porque nunca mas queremos verlo así, sino también porque usted no tiene que demostarle mas nada a nadie.